Querían seguir compartiendo casa, pero ya no querían mantener la “unidad conyugal”. Y la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil decretó finalmente el divorcio de esta pareja argentina después de negarla en primera instancia. “El tribunal sostuvo que la separación de hecho sin voluntad de unirse –que justifica el pedido de divorcio– puede configurarse aun cuando los esposos continúen viviendo bajo un mismo techo”, leemos en rotativo La Voz.

El tribunal recordó que “la separación de hecho implica el quebrantamiento de la convivencia por el alejamiento físico producido entre los cónyuges más allá de que permanezcan viviendo bajo el mismo techo, con incumplimiento total y absoluto de los deberes matrimoniales”. En otras palabras, adiós relaciones sexuales.

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