Las primeras propuestas de Gallardón para reformar la anquilosada Administración de Justicia no han dejado indiferentes a los afectados. Si una de esas medidas resultó especialmente llamativa fue la Ley de Mediación y Jurisdicción Voluntaria, que propone que los notarios puedan celebrar matrimonios civiles y también divorcios de mutuo acuerdo y en los que no haya hijos menores de edad. El nuevo ministro anunció tal reforma con la intención, según él, de desatascar la Justicia.
Sin embargo, los profesionales implicados no ven que el fin justifique la medida, que la intervención de los notarios no creen que vaya a suponer una gran descarga de trabajo. La juez de Familia de Pamplona, Margarita Pérez-Salazar, opina que “en Pamplona va a haber pocas parejas a las que les pueda compensar el divorcio en el notario. Aquí tenemos un sistema de mutuos acuerdos (precisamente el caso de divorcio para el que está pensada la actuación del notario) que funciona bastante bien, con una duración máxima del procedimiento de una semana y un tiempo mínimo de dos días. Es algo que a los juzgados nos descarga de trabajo y que a las partes les da celeridad. Pero la transcendencia que puede tener en este entorno la inclusión de los notarios no va a ser mucha. Está pensado para otros sitios. Quizás para Madrid, donde un acuerdo puede tardar 3 meses”.
La magistrada no concibe esta medida -y ahora tampoco el ministro, aunque al principio no lo dijera tan claro-, sin la intervención “imprescindible” del abogado que asesore a la pareja. “De hecho, aunque sea un divorcio pactado me parece más conveniente todavía acudir con dos letrados, uno por cada miembro de la pareja”. Y observa que puede darse un problema, puesto que ahora son los jueces los que examinan si el acuerdo es beneficioso para los dos. “Esa labor de ponderar el acuerdo la tendrían que asumir ahora los notarios y no es fácil. Yo tuve un caso en el que eché para atrás un convenio regulador porque el marido no estaba bien. Ahí se suspendió la ratificación del acuerdo. El hombre acudió al forense, se le incapacitó, y luego el divorcio se hizo a través de un juicio al que acudió con un tutor”.
Desde el despacho de María Ibáñez, apuntan que “para opinar de esa ley, primero tengo que leerla con todo detalle, porque ahora en Justicia se opina de todo demasiado rápido. Aunque de la información que ha trascendido me queda una cosa clara, si la medida se adopta para desatascar la Justicia desde luego que así no se va a lograr. Los divorcios con acuerdo son muy rápidos y no son el problema de la Justicia. En Pamplona se trata una tramitación fulminante”.
La abogada Pilar Cunchillos incide en la misma línea: “El derecho de familia necesita una reforma a fondo y no andar trasteando. Los divorcios no colapsan nada, como mucho colapsarán las ejecuciones. Y hay otra cuestión clara, que este es un proceso en el que siempre tiene que estar presente el abogado, porque es la manera de que el proceso tenga todas las garantías”, explica.
Artículo extraido del NOTICIAS DE NAVARRA.